¿Alguna vez se ha preguntado cómo es trabajar en una de las empresas de bienes de consumo más grandes del mundo? ¿Qué pasaría si fuera la primera mujer en ocupar un puesto en el equipo de operaciones de Kimberly-Clark en el noreste de Brasil? Esta es la historia de Fernanda, una ingeniera que superó desafíos y prejuicios para cumplir su sueño profesional. Conozca un poco más sobre la trayectoria de Fernanda, las dificultades que enfrentó, sus los logros y las lecciones que aprendió. ¡Siga esta historia de éxito e inspírese con ella!

¿Cómo comenzó su historia con Kimberly-Clark?

Fernanda: Comencé a trabajar en Kimberly-Clark en abril de 2013. Al principio, en mi área –operación de máquinas–, nos dimos cuenta de que, en general, el mercado solo contrataba mujeres para puestos de asistente de producción. Sin embargo, en la última etapa del proceso, que fue la entrevista con la gerencia, revisaron mi currículum y me preguntaron por qué estaba haciendo el proceso para un nivel inferior al conocimiento que tenía. Respondí “porque tengo hijos, casas, facturas que pagar...”, así que el equipo de contratación me hizo una propuesta para un programa piloto y me informaron que había una prueba para este programa que ayudaría a destacar aún más las experiencias anteriores de los posibles empleados. Al día siguiente, un representante de RR. HH. se comunicó conmigo y me dijo que no tendría que realizar esta prueba, debido a que ya había demostrado mi dominio de todos los procesos. Fue como si me hubieran ascendido incluso antes de contratarme y estaba muy feliz de comenzar como operadora de máquinas, la primera mujer en la unidad Kimberly-Clark en Camaçari, Bahía – Brasil.

Después de su incorporación, ¿cómo fue su desarrollo profesional en la compañía?

Fernanda: Mi primer trabajo fue como operadora en la línea de producción de toallas femeninas con Intimus. Durante este proceso, intenté estudiar, prestar atención a todos los procesos y capacitarme aún más para enfrentar los posibles desafíos del futuro. Cuando el equipo de liderazgo tenía días libres, por ejemplo, yo era la responsable de participar en reuniones de alineación y presentar resultados, gracias a eso sumé aún más conocimiento. Como me destacaba, también me ascendieron: primero de operadora 1 a 2 y así sucesivamente. Desde que llegué a Kimberly-Clark, supe que quería desarrollar una carrera profesional. Después de pasar al puesto de operadora 3, atravesé el proceso para convertirme en técnica en el área y, en la actualidad, trabajo en esa función de liderazgo incluso dentro de la línea de productos para mujeres. Pero también suelo decir que todo lo que me sucedió fue el resultado del trabajo en equipo. Los desafíos y aprendizajes se fueron sumando día tras día, junto con muchas personas.

La tecnología también está muy presente en su trabajo, ¿verdad? ¿Cómo entiende esta relación?

Fernanda: Con los avances tecnológicos, nuestros procesos también han mejorado. Las máquinas permiten mejorar nuestro trabajo y hacer que sea cada vez más preciso, ya que nos ayudan a tener un mejor control del proceso. Los procesos ergonómicos también ayudan a que los miembros del equipo se vuelvan más analíticos y comprensivos de todo el proceso. Me encanta la tecnología y es genial ver todo lo que hemos podido avanzar a través del trabajo de nuestros empleados y empleadas en la fábrica, y también en las áreas de innovación.

¿Qué mensaje desea dejar para las mujeres que leen este texto y se sienten inspiradas por su historia?

Fernanda: El mensaje que dejo para las mujeres y las niñas es que confíen en su potencial. No posterguen ni se limiten a sí mismas. Podemos ocupar puestos y espacios que nunca imaginamos, y todas las mujeres deben estar donde quieran. Con dignidad y los pies sobre la tierra, podemos ir más allá, siempre teniendo en cuenta los estudios e intercambiando nuestros aprendizajes entre nosotras. Si trabajamos en equipo, el camino se vuelve aún mejor.